lunes, 12 de febrero de 2018

Cambios en el ecosistema vaginal


En el post anterior hemos visto que el ecosistema vaginal está formado por diferentes mecanismos que mantienen sano el tracto genital femenino, como son   la composición del epitelio vaginal y  la flora habitual, dirigidos en gran parte por la función del sistema endocrino y en colaboración con el sistema inmunológico. La flora saprofita no produce infecciones  a menos de que se altere el ecosistema vaginal (por ejemplo, hasta un 20% de mujeres asintomáticas tienen Cándida saprofita en su vagina).

De forma fisiológica, el aparato genital femenino pasa por distintas etapas:
  • Los fetos a nivel intrauterino reciben vía transplacentaria las hormonas maternas por lo que en el período neonatal, la vagina se colonizará por Lactobacillus probablemente adquiridos en el canal del parto. 
  • Desde los 20 días del nacimiento hasta la menarquia (primera menstruación) el epitelio vaginal se atrofia y se vuelve fino. El pH es más elevado en las niñas. 
  •  A partir de  la menarquia y en las mujeres en edad reproductiva,  por la acción de los estrógenos,  se estimula el trofismo vaginal y se mantiene el pH ácido vagina
  •  Con la llegada de la  menopausia el estímulo estrogénico desaparece, se eleva el pH y la vagina pierde (al igual que en la etapa prepuberal) su capacidad de protección natural.  

La vagina no posee glándulas, y no existe por tanto secreción vaginal, pero el órgano está humedecido por el trasudado  en el que se bañan células vaginales descamadas, secreciones del endometrio, moco cervical y pequeñas cantidades de secreciones de  las glándulas vulvares. Actúa como una escoba, barriendo la mucosa vaginal y arrastrando hacia el exterior todo tipo de células muertas y otros productos de deshecho. El moco sale del cuello uterino y a su paso por las paredes vaginales contribuye a la lubricación de las mismas y, por lo tanto, a su protección. También tapona el  orificio del cuello uterino, protegiendo al  útero de la invasión de microorganismos.


pH vaginal a través de una tira reactiva


El pH vaginal se puede alterar también en  otras condiciones fisiológicas (sangre menstrual o el semen, con un pH neutro o básico) y en condiciones patológicas (presencia de pólipos o erosiones en el cuello del útero). En estas condiciones, se facilita el crecimiento de gérmenes patógenos y oportunistas, y si hay infección  se modifica la cantidad y consistencia del exudado vaginal dando lugar a la leucorrea.  En caso de que se sospeche una vaginitis: es un proceso inflamatorio de la vagina con incremento de flujo vaginal (leucorrea) que puede asociarse a prurito, mal olor, etc.  Hay que realizar una anamnesis, exploración y se puede recoger una toma de muestra para cultivo microbiológico y también,  se puede determinar el pH vaginal mediante tira reactiva. 

Muestra para cultivo de exudado vaginal
Escobillón con medio de Stuart-Amies 10%

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